lunes, 26 de diciembre de 2011

Dos hombres y medio (Two and half men)

Comedia entretenida, de gran audiencia, con nueve temporadas y que actualmente sigue en emisión.
 La trama gira en torno a Charlie, un músico adinerado afincado en Malibú, y su hermano Alan, que le pide poder vivir con él (ya que se acaba de divorciar) junto con su hijo Jake.
 En la novena temporada el actor Charlie Sheen es sustituido por  Ashton Kutcher.



Creo que la serie plantea bajo la óptica existencial un tema bastante interesante.Contemplamos en el guión la evolución del prejuicio, bajo dos puntos de vista distintos, el de los dos adultos, que se mueven en sus relaciones y se asoman a la vida a través del prejuicio. Pero... ¿dónde podemos comprobar este prejuicio?. Pues bien, en la manera en la que Charlie se relaciona con el sexo femenino: es básicamente superficial y sexual con mujeres bellas y jóvenes. Mientras su hermano, critica su forma de actuar pero en el fondo es un hipócrita: el querría poder hacer lo que su hermano logra: acostarse con modelos sin compromiso, pero como no puede, censura a su hermano con la excusa de la moralidad.
Un guión muy afilado, pero interesante en sus planteamientos ya que muestran vivencias de gran potencial real.



La serie tiene un punto dramático, cuando cualquiera de los protagonistas trata de actuar honestamente y hacer lo correcto, la personas de su alrededor responden aprovechándose de ellos. La conclusión es clara, no salirse del guión, es decir, del prejuicio cultural que impera en la serie, porque de lo contrario te la van a jugar. A veces esta situación se manifiesta en la serie a través de Jake, (el hijo de Alan) cuando intenta ser honesto y la gente le juega malas pasadas, y en este paisaje tiene que madurar y crecer para llegar a ser él mismo.

 Lo difícil en la vida es ser honesto sin ser un ingenuo y ser prudente sin pecar de descreido. Una mezcla difícil en la que a menudo vence el ingrediente del prejuicio. También en la vida el prejuicio es avalado por la experiencia, pero no podemos por norma acercarnos a la realidad partiendo del prejuicio como punto de partida.

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